El embarazo es un momento de gran anticipación para todos los futuros padres y sus familias, ya que imaginan conocer y amar a un bebé sano. La presencia de un bebé largamente deseado en el útero de una mujer va acompañada de pensamientos y sueños sobre cómo será el niño y cómo será su futuro.

Experimentar la muerte fetal o la muerte de un bebé en las etapas finales del embarazo, durante el parto o poco después del parto es una tragedia silenciosa para las madres, los padres y las familias en todo el mundo. El día del nacimiento es potencialmente el día más peligroso tanto para las madres como para sus bebés. Se han logrado reducciones significativas en la mortalidad neonatal durante las últimas dos décadas, pero se estima que todavía se producen 2.7 millones de muertes neonatales y 2.6 millones de muertes fetales cada año. La mayoría de estas pérdidas se pueden prevenir con intervenciones de alta calidad basadas en evidencia realizadas antes y durante el embarazo, durante el trabajo de parto y el parto, y en las horas y días cruciales después del nacimiento.

Los países recopilan cada vez más datos que permitirán estimar con mayor precisión la carga de mortinatos y muertes de recién nacidos. Sin embargo, en la mayoría de los países, especialmente donde la carga estimada es más alta, es necesario fortalecer los sistemas de registro civil y estadísticas vitales (CRVS) para contar todos los nacimientos y muertes y asignar la causa de la muerte. La mayoría de los mortinatos y la mitad de todas las muertes neonatales no reciben un certificado de nacimiento y no están registrados. Mejorar los sistemas de notificación de nacimientos y muertes neonatales es una cuestión de derechos humanos y un requisito previo para reducir las muertes fetales y la mortalidad neonatal.

Contando el número de muertes fetales y neonatales, recopilando información sobre dónde y por qué ocurrieron esas muertes y también tratando de comprender las causas subyacentes y los factores evitables, los proveedores de atención de salud, los directores de programas, los administradores y los responsables de la formulación de políticas pueden ayudar a prevenir futuras muertes y duelo de los padres, y mejorar la calidad de la atención brindada en todo el sistema de salud. Esta guía muestra el camino a seguir para que los centros de salud o países enteros introduzcan un sistema que aborde la carga de muertes fetales y neonatales. De manera similar al enfoque de vigilancia y respuesta a la muerte materna (MDSR) para poner fin a la mortalidad materna prevenible, esta guía y las herramientas relacionadas brindan apoyo para identificar casos, recopilar información y analizar los datos recopilados para recomendar soluciones para mejorar la calidad de la atención e implementar los cambios. dentro de un ciclo continuo de evaluación y respuesta.

Esta guía no sugiere configurar un nuevo sistema, sino construir sobre sistemas ya existentes. El enfoque está en línea con dos de los cinco objetivos descritos en el Plan de Acción para Cada Recién Nacido (ENAP): Objetivo Estratégico 2 – Mejorar la calidad de la atención materna y neonatal; y Objetivo Estratégico 5: Contar a cada recién nacido mediante mediciones, seguimiento de programas y rendición de cuentas para generar datos para la toma de decisiones y la acción.